Conducta
La inquietud, movilidad y gran actividad del bebé a esta edad traen peligros y problemas de conducta asociados. Por muy pequeño que parezca, puede aprender disciplina, pero de una forma muy distinta a un niño más grande o un adulto. Para que entienda qué puede hacer y qué no, lo más importante es darle cariño, atención, ser muy consecuentes y no dar señales equivocadas, como decir “No” y luego reír.

Al preparar la casa para un niño de esta edad, los peligros disminuyen, pero siempre hay imprevistos, ya que el espíritu de exploración va más allá de la imaginación adulta. Si realiza travesuras o se pone en riesgo, basta un “No” firme y apartarlo del peligro. A esta edad no comprenden lo que significa “No”, por lo que la actitud del padre es un mensaje más importante que las palabras y es más efectivo y recomendado desviarle la atención que insistir en el problema. Por ejemplo, en vez de decir “No, no toques”, proponerle mirar un libro u otra cosa.