
Semana 25
El embarazo ya es evidente, comienzas a usar ropa más holgada. Es frecuente presentar reflujo o ardores debido a la compresión del útero sobre el estómago.
También son comunes los gases, tanto por la disminución de movimiento del intestino como por la compresión del útero, por lo que es recomendable evitar bebidas gaseosas.
El bebé:
Cada día se parece más al recién nacido que conocerás en unas semanas. Su cabello ya tiene color y textura, aunque una vez que haya nacido, podría cambiar.
El sentido del oído empieza a desarrollarse con mayor rapidez. Así, el bebé va siendo capaz de oír los sonidos del exterior con más precisión.
La madre:
Tu bebé ahora presiona más tu vejiga, por lo que vas a tener un deseo más frecuente de orinar. El volumen de sangre aumenta, pero no el número de glóbulos rojos, por lo que en ocasiones se produce un tipo de anemia denominado anemia fisiológica.
Debido al aumento de tus hormonas sexuales es posible que sufras un aumento del vello corporal, esto es algo pasajero y se normalizará cuando des a luz. En este período, tu pelo se advertirá más brilloso y abundante que antes, ya que existe una disminución de su caída.
Es frecuente en esta fase del embarazo que los futuros padres comiencen a pensar cómo será el nacimiento y qué deben preparar para recibir al recién nacido. Puede ser un buen momento para asistir a charlas y talleres de preparación para el parto.