Semana 35
En esta semana tu hijo quizás tratará de descender en la pelvis, es decir, colocar su cabeza en la zona baja de la pelvis apoyándose en el cuello del útero.
No obstante, si todavía no adopta esta posición no debes preocuparte, pues aunque su espacio en el útero es más reducido, en este período aún logra voltearse.
El bebé:
Sigue acurrucado y un poco más apretado dentro del útero. Ya no flota tan libremente en el líquido amniótico y ,por lo tanto, no da saltos, sin embargo debe seguir moviéndose con frecuencia similar a la de antes.
Si notas que se mueve menos, debes comunicarlo a tu doctor.
Sus riñones, hígado y pulmones ya están estructuralmente desarrollados aunque aún en etapa de maduración. La mayoría de su desarrollo físico básico está ya completo.
En las próximas semanas se dedicará a completar su maduración y a aumentar de peso.
La madre:
Puede haber una “sensación de peso” en la zona de la pelvis por la acomodación del feto, este hecho puede provocar molestias y calambres a nivel de la vagina. En el abdomen también es frecuente ver cómo sobresale el ombligo por el aumento progresivo del tamaño del útero.
Es posible que el doctor te indique realizar entre esta semana y la 37 la toma de una muestra con una tórula de algodón en la vagina y el ano para descartar la presencia del germen Streptococo agalactiae.
Esta bacteria puede formar parte de la flora vaginal en la mujer y no causa ningún tipo de infección ni síntoma, pero si está presente en el momento del parto puede provocar en el recién nacido una infección generalizada o una meningitis.
En las mujeres portadoras del germen se administrará antibiótico durante el parto para evitar el paso de la bacteria al recién nacido.