
Semana 26
Los movimientos que realiza el bebé son cada vez más precisos. Esto indica que su sistema nervioso sigue madurando. Continúa realizando actos reflejos.
Cada vez ejercita más el reflejo de succión. Su sistema digestivo continúa desarrollándose. El feto traga casi medio litro de líquido amniótico al día.
El bebé:
Su peso se triplicará desde ahora hasta que nazca, ya que en las próximas semanas acumulará grasa muy rápidamente, y la necesita para ajustarse a la temperatura más fría que hay fuera del útero.
Además, esa grasa será una fuente de energía y calorías en sus primeros días de vida. Es común que los recién nacidos pierdan peso la primera semana después de nacer.
El feto tiene ciclos de sueño y vigilia. Estos ciclos tienen una duración mucho menor que los de un niño, por lo que una gran parte del día lo pasará dormido y no se moverá pero en otros momentos se activará y notarás claramente sus movimientos.
Los reflejos están desarrollados y es frecuente que ante un estímulo responda estirando los brazos o las piernas y lo puedas notar a través del abdomen.
La madre:
En estas semanas es frecuente que notes los pies hinchados, sobre todo por la noche. Es muy importante que mantengas la piel hidratada mediante la ingesta de líquido y el uso diario y constante de cremas para evitar la aparición de posibles estrías en el abdomen y en los pechos.
La areola mamaria es cada vez mayor y más oscura y pueden aparecer unos pequeños bultos llamados tubérculos de Morgagni, encargados de secretar una sustancia para lubricarlos durante el embarazo y protegerlo de posibles infecciones durante la lactancia.