Semana 37

A partir de ahora ya se considera un embarazo de término, su desarrollo y madurez le permiten vivir fuera del útero sin problemas. Tu hijo sigue acumulando grasa bajo su piel que, tras el nacimiento, le ayudará a regular la temperatura corporal y a mantener unos niveles de glucosa en sangre correctos.

El bebé:

Está botando de a poco el vello que lo cubría. Asimismo, está eliminando lentamente la sustancia grasosa que envolvía su piel, denominada vernix caseosa, y que lo acompañó mientras flotaba en el líquido amniótico.

Luego de nacer notarás que tiene los pañales manchados con un elemento oscuro, llamado meconio. Éste está formado por todo lo que tu hijo ingiere antes de nacer, como el líquido amniótico, la vernix caseosa, su vello, y otras secreciones.

La madre:

Esta semana quizás te sientas bastante incómoda y no puedas dormir bien por la noche. En esta etapa también puedes sentir muchas más contracciones de Braxton Hicks que pueden durar más y ser más incómodas.

Quizás también sientas que tienes más flujo vaginal que antes. Si ves que tiene huellas de sangre o es rosado y mucoso puede que estés expulsando el tapón mucoso que sella el cuello del útero, y esto significa que en los próximos días puedes comenzar tu trabajo de parto.

Si presentas pérdida de líquido sugerente de que se han roto las membranas, tienes hemorragia o coágulos de sangre debes avisar inmediatamente a tu doctor y acudir a la urgencia.

Parto: La culminación del embarazo