
Semana 30
Aquí, se produce el acomodamiento del bebé debido a que las nalgas son la porción más abultada del cuerpo del pequeño, van a ocupar el sitio más amplio de tu útero, que es el fondo, y la cabeza pasa a ocupar la porción inferior.
En este período visitarás a tu médico cada dos semanas, pues debes controlarte con más frecuencia ahora que tu bebé está pronto a nacer. Alrededor de la semana 36, es posible que acudas a controles semanalmente.
El bebé:
Los huesos ya están desarrollados, pero aún son blandos y flexibles, el bebé comienza a almacenar hierro, calcio y fósforo para que se vuelvan fuertes. El hígado, el estómago y el intestino van asumiendo progresivamente sus funciones.
El bebé ya puede diferenciar entre sabores dulces y salados. Respecto del sentido de la audición, el bebé empieza a escuchar mejor los sonidos graves, como el latido cardiaco materno.
La madre:
El útero mide unos 28 a 30 cm desde la sínfisis del pubis. Las caderas y la pelvis se van moldeando para darle lugar al feto. En estos momentos, las patadas del feto pueden ser muy incómodas, sobre todo aquellas próximas a las costillas y en el diafragma.
A partir de esta semana, conviene elegir bien lo que se come para evitar ardores, gases y otras molestias abdominales y evitar la retención de líquidos que puede producir edemas en los tobillos, manos y cara.